El arte está sucediendo todo el tiempo
Imaginar futuros es difícil, es de hecho una de las principales causas de la famosa ansiedad que ataca a diestra y siniestra todos los días. “Cada día menos futuro”, es lo que escuchamos, lo que vemos, se filtra en nuestros pensamientos y marca cada una de nuestras acciones. ¿De qué sirve seguir para encontrarse con un futuro desfavorecedor? Cada día menos agua, cada día más muertas. Estamos esperando el fin de la crueldad que cada vez se aleja más. Aún así, tenemos la misión de sobrevivir y ya involucrados en el juego, queremos ganar. Mañana comienzo la novela. Mañana, mañana. La que no posterga, persigue el futuro como si pudiera ganarle. Queremos llegar antes del futuro para estar preparados, abrir caminos, ser originales, únicos, innovadores. En un ambiente como el nuestro parece que destacar entre los demás es el único remedio. Esa necesidad por ser especiales, por ofrecer algo nuevo, nunca antes pensado, es quizá la manera más traumática de acercarse al arte. Sé con certeza que lo es en lo que se refiere a una producción con medios tecnológicos ya que sus técnicas y estéticas se camuflan con las del mercado..
La historia nos ha enseñado la vida como un camino hacia el progreso, ahora sabemos que no es así. No existen las mentes únicas y geniales, ninguna persona sola ha logrado cambiar el mundo, la propia intención de hacerlo ofrecería una experiencia tormentosa. Sin embargo preguntas cómo ¿hacía donde va el arte? ¿Cómo puedo desde mi producción sumar a las reflexiones que me interesan? Y ya más personal ¿sirve de algo lo que yo hago? están siempre circulando en la cabeza de los que creamos y los que trabajamos desde el arte. Sin embargo, considero que en el propio hacer, estas inquietudes sobre el pasado y el futuro no existen, en el momento no existe casi nada. Muchas veces pensamos que como después pasó, el ahora no es.. Pero lo que no entendemos es que nos encontramos en un continuo estar y que el presente es justo este instante. Somos coautores de este momento, de esta inmensidad a la que llamamos mundo, asombrados siempre ante la existencia del otro. El arte está sucediendo todo el tiempo.
Vivir en una civilización cada vez más digital, enfocada en los números y en los datos, nos aleja y nos deja descolocadas. La información tan exacta se vuelve abstracta y nos sobrepasa. En la necesidad de llegar a verdad mediante la razón se dejan relaciones abstractas fuera y nos alejamos más de la verdad. La verdad, es decir, la búsqueda y el encuentro personal, se puede alcanzar siempre agreguemos la reflexión sobre el tiempo en nuestras prácticas. Las cosas que requieren atención y tiempo son las que nos acercan a nosotros mismos. Se encuentra la intención mientras se construye.
La vida es una oportunidad para mostrar lo emocionante que esa experiencia de encuentro interno puede ser. Las cosas, la materia, son una prueba para nuestra curiosidad, los ojos son una prueba para ver más allá de ellos. Pensamos que estamos cautivos de nuestras circunstancias, pero no es así, la vida es un milagro colaborativo, debemos darnos cuenta que somos el sueño del otro. El reto es ir navegando el momento, considerarse creador de todo a tu alrededor y vivir la ficción en pos de explorar todas las posibilidades y las sensaciones de esa conexión directa con la conciencia.